Cultivo de cannabis según tipo, clima y hábitat

Para aquellos que desean cultivar cannabis al aire libre, es de suma importancia considerar el clima local. Cuando uno compra semillas de cannabis en cualquier tienda, es imposible que el vendedor determine cuáles son exactamente las variedades adecuadas para tu localidad, a no ser que te de indicaciones muy generales. Por ello, siempre es recomendable comprar variedades procedentes de un banco de semillas que se encargue de especificar información detallada sobre el clima.

De este modo, determinar la variedad correcta para el hábitat en el que vives, depende de varios factores tales como la temperatura, las tasas de precipitación, el viento y el promedio de horas de sol durante la temporada de cultivo.

Elegir la variedad correcta

Una vez el cultivador tenga toda la información disponible, deberá decidir entonces  la variedad a cultivar. No desistáis, ya que esto puede llegar a significar incluso años de ensayo y error hasta encontrar la variedad perfecta, pero para muchos vale la pena ya que, al final, podrán centrarse en las variedad más “seguras” y que mejor resultados les darán. Ser un experto desde el principio, no es una condición  sine qua non para obtener una cosecha exquisita.

¿Qué elegir?. Regulares, feminizadas o autoflorecientes

Son muchos los que se preguntan qué motivo hay para que los jardineros se decanten por un tipo u otro. Por todos es sabido que las semillas regulares tienen una fiel legión de seguidores. Podría decirse que los que las eligen conforman el sector más purista dentro de los cultivadores de cannabis. Por lo contrario,  muchísima gente tiene ciertas reservas a la hora de elegir semillas regulares, por los  problemas de polinización que puedan presentarse y optan por el camino fácil de las autoflorecientes o las feminizadas. Entonces, ¿qué es mejor?  Eso queda a elección de cada uno.

Regulares

Si optáis por las semillas de marihuana regulares, debéis tener en cuenta algunos factores importantes. Las semillas regulares se crían a partir de una planta parental macho y una planta hembra, por lo que pueden producir tanto plantas macho como plantas hembra.  Cuando el jardinero se decide y elige cultivar semillas regulares, no tiene ninguna forma de saber si éstas acaecerán en plantas macho o hembra. Lo único que puede hacer el cultivador es esperar pacientemente a que la planta florezca y, una vez lo haga, distinguir si se trata de una u otra.

Este tedioso proceso de identificación entre machos y hembras, es lo que hace que algunos cultivadores acaben decidiéndose por variedades feminizadas o autoflorecientes.

Feminizadas

Las semillas feminizadas son, exactamente, lo que su nombre indica. Son semillas criadas de manera que no contengan cromosomas masculinos (XY).

Esto no es tan simple como parece, sino que se llega a él después de un programa de reproducción complicado y que consta de diversas fases de pruebas que pueden durar años.

Así, el cultivador que decide plantar feminizadas, tiene casi la total garantía de que las plantas que obtendrá serán siempre plantas hembra.

Autoflorecientes

Hablar de semillas autoflorecientes es lo mismo que hablar de la forma más fácil de cultivar cannabis. Estas semillas (que también son feminizadas) permiten al cultivador obtener cosechas gratificantes y de buena calidad sin tener que, ni retirar los machos ni hacer cambios en el ciclo de luz. Más sencillo, imposible.

Variedades para climas fríos o climas cálidos

Zonas Climáticas. Fuente: Comisión Europea

Muchas de las variedades adaptadas a climas más fríos vienen de variedades Indica originarias del norte de la India, Pakistán y Nepal que han evolucionado para tener éxito en climas montañosos. El motivo es que, en este tipo de climas suelen aparecer muchas  variaciones en la temperatura y en las precipitaciones durante todo el año. Por ello, estas resistentes variedades son capaces de soportar tanto el viento, como la lluvia  e incluso las heladas.

Si el jardinero vive inmerso en un clima más favorable o, si más no, no tan extremo, podrá ser un poco más flexible en sus decisiones. El clima ideal para muchas variedades es, sin lugar a dudas,  el Mediterráneo que permite cultivar un sinfín de variedades diferentes.

Por otro lado, en los climas cálidos, secos y con poco viento, las variedades de tipo afgano, del norte de África y de Asia Central a menudo florecerán sin problemas. También tendrán éxito ciertas variedades de América del Sur. Por otro lado, en climas que son cálidos, pero húmedos, se recomiendan variedades que incluyan hawaiana, tailandesa, brasileña o de la zona costera africana.

A grosso modo, es importante saber que el cannabis generalmente prefiere las temperaturas por debajo de los 30° C, aunque algunas variedades pueden tolerar unos grados más. Si crece en temperaturas superiores a los 30° C, puede ser aconsejable buscar un sitio que proporcione algo de sombra a tus preciadas plantas.

En resumen, como en todo, para gustos hay colores y, en el mundo del cannabis, sucede lo mismo. Por ello y aunque la elección de las semillas de marihuana es casi el paso más importante del proceso de cultivo, lo realmente primordial es ¡disfrutar al máximo!.

10 consejos para maximizar tu espacio de cultivo

Somos muchos los que nos encontramos limitados a un espacio de interior pequeño para nuestros cultivos, aunque un espacio reducido no tiene por qué traducirse en cosechas pequeñas. Con el planteamiento correcto para maximizar el espacio del cuarto de cultivo, el rendimiento final será proporcionalmente mayor.

Utiliza luces compactas

Muchos de los cultivos pequeños tienen dificultades para dar cabida a los sistemas de iluminación de alta potencia HPS, no sólo debido a los problemas de calor, sino también al gran tamaño de las propias luces. En los armarios de cultivo pequeños (menos de un metro cuadrado), se aconseja utilizar luces CFL o LED, que suelen tener un tamaño más pequeño, y más compacto, y llevan reflectores incorporados (o en el caso de las luces LED, proporcionan luz unidireccional sin la necesidad de ningún reflector).

Asegúrate de optimizar la distribución de la luz

Para sacar el máximo provecho de tu espacio de cultivo, por pequeño que sea, es importante asegurarse de que llegue el máximo de luz posible a la mayor superficie de cultivo. Con un sistema de luces adecuado, más pequeñas y cuidadosamente colocadas alrededor del espacio de cultivo, debería ser posible lograr una cobertura de luz igual, o superior, en comparación con una única fuente de luz central HPS.

Utiliza el espacio vertical

El uso de un sistema vertical, como este armario BuddhaBox VerticalPonics, permite grandes rendimientos en espacios pequeños.

Si el espacio es limitado, ¿por qué no cultivar hacia arriba? A medida que se producen mejoras en la tecnología de los armarios de interior, cada vez hay más opciones de armarios especialmente diseñados, que se dividen verticalmente y tienen varios compartimentos separados de cultivo. Si el precio de muchos de los sistemas de gama alta (que suele ser muy elevado) te echa para atrás, siempre queda la opción de hacer tus propios compartimentos verticales. Si vas a elegir la opción del bricolaje, asegúrate de que el suelo o base de tus compartimentos pueda soportar el peso de las plantas maduras. También hay que comprobar que los soportes laterales son lo bastante fuertes como para aguantar el peso tanto de las plantas como de los compartimentos.

Utiliza SCROG

La técnica Screen of Green o SCROG (Pantalla Verde) es muy valiosa para los cultivos de marihuana más pequeños, ya que favorece el crecimiento uniforme, y ordenado, de las flores y permite que la luz penetre por igual a todos los sitios de flores. SCROG es una técnica sencilla que consiste en colocar una malla (generalmente de tela metálica o material similar) entre la fuente de luz y las plantas. A medida que las plantas crecen hacia la luz, sus ramas crecen a través de la malla, a la que se pueden atar con un cordel o cuerda. Por lo tanto, la penetración de la luz se puede maximizar al hacer que las ramas pasen, de manera uniforme, a través de la malla, y como las ramas impiden que la planta crezca más allá de la malla, no se entorpecen las unas a las otras.

Asegúrate de optimizar el equipo

En un espacio de cultivo pequeño, el equipo que elijas influirá mucho en la producción final que puede obtener de tu espacio. Por supuesto, el requisito principal es instalar la luz más brillante y más potente para tu espacio (se prefieren los sistemas de iluminación fríos de CFL y LED, como se ha mencionado anteriormente). Si se utilizan luces HPS, merece la pena elegir un balastro de funcionamiento en frío, como the ReVolt, que afirma ser un 15% más frío que los balastros similares, para que las temperaturas del cuarto del cuarto no se descontrolen. Todo lo que no tiene que ir colocado dentro del armario, como el balastro, debería ubicarse fuera. Si optas por ventiladores que pueden fijarse elevados a los lados del armario, o por ventiladores de suelo, ahorrarás espacio en el suelo de tu cultivo.

Piénsate bien la forma y el tamaño del recipiente

La técnica Screen of Green (SCROG) maximizará el rendimiento y la distribución de la luz independientemente del tamaño del cultivo.

Si cultivas en recipientes, tienes cierto margen de maniobra al elegir las dimensiones de las macetas para utilizar el espacio de manera más eficaz. Por ejemplo, si tu espacio vertical es limitado, elige macetas bajitas para que las raíces puedan crecer hacia afuera en lugar de hacia abajo. Por supuesto, las macetas nunca deberían ser demasiado poco profundas, porque en ese caso los recipientes se pueden secar muy rápidamente.

Considera la posibilidad de un cultivo hidropónico

Con la puesta a punto adecuada, un sistema de cultivo hidropónico puede ahorrar una gran cantidad de espacio en comparación con los recipientes tradicionales de cultivo. Cuando se usan recipientes, se requiere una cantidad sustancial de espacio para que las raíces tengan sitio para crecer libremente y acceder a la cantidad necesaria de nutrientes. Con los sistemas hidroeléctricos, las raíces pueden ocupar un espacio mucho más pequeño, ya que sus necesidades se cubren con agua rica en nutrientes que se renueva constantemente.

¡Elige la variedad correcta!

Cuando se cultiva en un espacio cerrado, elegir la variedad de marihuana correcta puede suponer una gran ventaja. En general, las variedades índica, o incluso ruderalis, ofrecen ventajas frente a las sativas debido a su tamaño compacto, corta distancia entre los internodos, y la falta de ‘espigamiento’ al principio del periodo de floración. No obstante, esto no quiere decir que las sativas no se pueden cultivar en espacios pequeños, ya que utilizando técnicas de manipulación y poda correctas y proporcionando a la planta el período vegetativo adecuado, ¡algunos cultivadores aficionados han logrado resultados sorprendentes con sativas cultivadas en armarios diminutos!

Optimiza la densidad y el tamaño de las plantas

El espigamiento da lugar a cogollos flojos, y ligeros, y reduce el rendimiento final.

Además de las consideraciones con respecto a la variedad, hay que tener en cuenta las propiedades y el comportamiento específicos de cada una de ellas, porque pueden aportar al cultivador pistas muy valiosas sobre la manera de obtener el máximo rendimiento de la cosecha. Por ejemplo, si se sabe que la variedad de marihuana sigue formando ramas después comenzar la floración, puede requerir más espacio por planta que las variedades que no se ramifican tan fácilmente. Finalmente, encontrar la densidad y el tamaño ideales de las variedades preferidas permitirá que tus plantas desarrollen cogollos sólidos, sanos y densos. Si te equivocas, puedes terminar con un montón de cogollos pequeños y poco desarrollados, o conseguir cogollos decentes pero que distan mucho del posible rendimiento máximo.

Haz que la ramas crezcan muy juntas, y con pocos espacios, y evita que se estiren

El espigamiento puede ser una pesadilla para cualquier cultivador, sin importar el espacio de cultivo, ya que como consecuencia los cogollos producidos son sueltos, y ligeros, y el rendimiento se reduce drásticamente. Pero en el caso del cultivador a pequeña escala puede, literalmente, hacer que las plantas crezcan hasta, o incluso más allá de, la fuente de luz, por lo que si se usan luces calientes, las plantas se pueden quemar si no se detecta a tiempo. Para minimizar el espigamiento, asegúrate de que la fuente de luz está a la distancia correcta de las plantas (cuanto más lejos esté, mayor será el espigamiento), procura que la densidad o número de plantas no sea demasiado alto (ya que la competencia por la luz hará que se estiren) y utiliza técnicas de poda selectiva, como el topping, u otras técnicas para maximizar la penetración de la luz si todo lo demás falla.

Cosas que debes saber sobre las semillas de cannabis autoflorecientes

Son una innovación, relativamente reciente, en el mundo del cultivo de cannabis. Descendientes de la genética C. ruderalis, autóctona de Rusia y Asia Central, las plantas autoflorecientes no dependen de los cambios en el ciclo de luz para iniciar la floración, en su lugar, dependen de un conjunto diferente de factores desencadenantes, y florecen de acuerdo con la edad y el tamaño.

¿Qué es C. ruderalis?

El Cannabis ruderalis es la tercera especie putativa (o subespecies) del cannabis, y se encuentra en las latitudes septentrionales del hemisferio norte, sobre todo en Rusia. C.rudelaris se caracteriza por su pequeña estatura, los bajos niveles de cannabinoides, robustez y resistencia al frío, y por supuesto, porque una vez que han alcanzado una cierta edad y tamaño, tiende a florecer independientemente de los ciclos de luz.

Debido al clima extremo y a la corta temporada de cultivo del hábitat natural de C. rudelaris, ha evolucionado para crecer, florecer y dejar caer sus semillas en un período breve de tiempo, y no tiene que esperar hasta que los niveles de luz caen al final del verano para comenzar la floración , ya que en este momento empiezan a aparecer las heladas y las temperaturas ya no son favorables. En vez de eso, una vez que la planta ha producido cuatro o cinco ramas y alcanzado una altura de alrededor de 50 cm, empieza a florecer.

¿Qué son las variedades comerciales automáticas y las Super Autos?

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Durante la última década o dos, los criadores han experimentado cruzando genética C.rudelaris con variedades deseables, de alto contenido en cannabinoides, para producir híbridos autoflorecientes útiles a nivel comercial. Es posible que otras variedades autóctonas autoflorecientes también hayan desempeñado un papel en el desarrollo de las primeras “autos”, tales como una planta conocida como “Mexican Rudy” en los círculos de cultivo, que como su propio nombre indica era una planta de tipo ruderalis encontrada en México. Al parecer la Mexican Rudy se utilizó para producir LowRyder, una de las primeras variedades comerciales autoflorecientes que aparecieron en el mercado.

Las primeras autos comerciales, entre las que se incluye LowRyder, suelen ser muy pequeñas de estatura (generalmente alcanzan un máximo de 40cm de altura), tienen un bajo contenido en cannabinoides, y carecen, en cierto modo, de sabor y potencia. Sin embargo, las sucesivas generaciones de cruces y retrocruces han desarrollado una gama de variedades de mayor potencia, que generalmente se conocen como Super Autos. Las Super Autos suelen ser mucho más altas y más tupidas que las autos regulares y que su antepasado ruderalis, y pueden llegar a los 90-100cm de altura.

Las plantas autoflorecientes no necesitan oscuridad

Como las plantas autoflorecientes no dependen de los cambios en el ciclo de luz para iniciar la floración, se pueden cultivar con éxito utilizando un ciclo de luz de entre 16/8 hasta 24/0. Muchos cultivadores cultivan sus autos bajo un régimen 24/0. Sin embargo, algunos cultivadores creen que algo más de 18/6 es un exceso y que los costes de la electricidad se puede reducir sin que se produzca una disminución del rendimiento final si se sigue este régimen.

También existe la posibilidad de que ciertos procesos metabólicos y hormonales ocurran en la oscuridad, y dejar que las plantas se tomen un “descanso” por la noche conduce a un aumento de la salud y vigor en general. Sin embargo, esto es puramente anecdótico y no hay evidencia empírica que apoye esta tesis, por lo menos en el caso del cannabis autofloreciente.

Las autos pueden cultivarse en exterior todo el año

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Si tienes la suerte de vivir en una zona de clima templado y cálido, adecuado para el cultivo al aire libre, las posibilidades para el cultivo de variedades autoflorecientes son infinitas. Como tardan tan sólo de 8 a 10 semanas desde la siembra hasta la cosecha, es posible lograr cinco cosechas, o más, al año si las condiciones son favorables durante todo el año, y las autoflorecientes son tan resistentes que crecerán bien, siempre y cuando las condiciones se mantengan por encima de cero grados. Las autos generalmente son resistentes a las heladas, pero ni siquiera las toleran las plantas más resistentes toleran temperaturas heladoras constantes.

Sin embargo, es importante recordar que las autos no están estabilizadas, totalmente, en todos los casos (comprar semillas sólo en puntos de venta acreditados reduce el riesgo) y pueden tardar mucho más tiempo de lo indicado. Aún así, se siguen prefiriendo las autos que tardan más tiempo en crecer en exterior (dieciocho semanas a partir de semillas de la cosecha parece ser el límite superior), en comparación con las plantas dependientes del fotoperiodo en exterior, que puede necesitar veinte semanas o más, dependiendo de la variedad.

Clonar autoflorecientes resulta complicado

Las variedades de cannabis dependientes del fotoperiodo son fáciles de clonar, ya que pueden mantenerse en un estado vegetativo prolongado artificialmente, simplemente manteniendo el ciclo de luz en 18/6 o por encima. Esto permite que los esquejes crezcan durante el tiempo necesario requerido para desarrollar altura y estatura, antes del cambio del ciclo de luz que induce la floración. Con las autos, este simple concepto es totalmente irrelevante, ya que las plantas comenzarán a florecer después de que haya pasado un cierto período de tiempo, incluso si las luces se mantienen en dieciocho horas o más al día.

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Esto ha llevado a la creencia general de que el cannabis autofloreciente no se puede clonar, ya que los esquejes extraídos de un planta madre se ven obligados a seguir su “línea de tiempo genética” y florece en función de la edad, al mismo tiempo que la planta madre comienza a florecer. Esta lógica dicta que los esquejes no llegan a un tamaño útil y el rendimiento será insignificante. Sin embargo, hay unos cuantos cultivadores que creen lo contrario, y que han logrado clonar sus autos con éxito, y permitirles seguir creciendo en el modo vegetativo hasta que son casi tan grandes como su madre. Una vez que alcanzan su tamaño máximo, comienzan a florecer.

Si se intenta clonar plantas autoflorecientes, el requisito clave consiste en sacar esquejes sólo de las ramas inferiores. Estas ramas inferiores parecen ser más estables, a nivel hormonal, que el crecimiento nuevo en la parte superior de la planta. El tallo terminal principal, conocido como el meristemo apical, es la primera parte de la planta en recibir la señal de que es el momento de la floración, y esta información necesita tiempo para extenderse hacia abajo y enviar la señal a las ramas inferiores para que empiecen la floración. Por lo tanto, hay un intervalo breve de tiempo entre la aparición de las primeras características sexuales (suponiendo que se usen semillas autos normales, no feminizadas) y la penetración de las hormonas de la floración a través de los tejidos de la planta. Este intervalo puede ser de, tan sólo, un par de horas, por lo que es fundamental vigilar las plantas para localizar las preflores, y sacar esquejes tan pronto como aparecen.

Una vez que se sacan los esquejes, deben mantenerse bajo luz de baja intensidad y en condiciones de humedad hasta que hayan enraizado. Una vez enraizados, tendrá lugar el crecimiento vegetativo hasta que hayan alcanzado aproximadamente el 80% del tamaño de la madre, y producirán cosechas finales parecidas.

Cómo elegir una variedad de cannabis medicinal

Utilizar un cannabis medicinal (también conocido como marihuana de uso médico) puede ser una decisión sencilla de tomar. Elegir qué variedad de cannabis es mejor para un individuo o una afección en concreto puede resultar más complicado. Muchos pacientes nunca han probado o cultivado el cannabis antes de descubrirlo como medicina. Incluso para los que sí lo han hecho, saber qué funciona en el contexto de un uso lúdico o social no siempre se traduce en conocer qué variedades de cannabis son más adecuadas para unas necesidades médicas específicas.

Al elegir una variedad de cannabis medicinal, es útil tener una comprensión básica de las diferencias entre las variedades indica y sativa en cuanto a su aplicación médica. Todo el cannabis psicoactivo contiene los compuestos activos conocidos como cannabinoides, pero las proporciones de los dos cannabinoides principales en cada variedad generan efectos distintos tras su ingestión.

Cannabinoides

En términos de efectos medibles sobre el cuerpo, y de la investigación sobre ellos, los dos principales cannabinoides son el THC (tetrahidrocannabinol) y el CBD (cannabidiol).

En la mayoría de variedades de cannabis medicinal, el THC constituye la mayor parte del principio activo, mientras que el CBD representa una fracción mucho menor. Por ejemplo, en una variedad potente se puede medir un 15 o incluso un 19% de THC, pero normalmente contiene menos de un 1% de CBD. No obstante, esta proporción comparativamente baja puede tener un efecto notable en el modo en que el cannabis afecta a un paciente. Pese a que el CBD no es considerado un psicoativo por sí solo, puede ofrecer muchos de los beneficios medicinales del cannabis y también moderar los efectos del THC.

En este contexto, un contenido de CBD de cerca del 1% podría considerarse comparativamente elevado, mientras que una variedad con un bajo contenido en cannabidiol contendría un máximo de 0,6% de CBD.

Las variedades indica generalmente tienen un contenido de THC de medio a elevado, así como un contenido de CBD comparativamente elevado. Las variedades sativa normalmente tienen un nivel de THC de medio a alto y un contenido de CBD relativamente bajo.

Se están desarrollando variedades de cannabis con niveles muy altos de CBD y algunas, como las variedades ruderalis y Bediol® (>6% THC : 7,5% CBD) ya existen.

La relación entre los dos principales cannabinoides explica en gran medida los diferentes efectos de las numerosas variedades, así como el abanico excepcionalmente amplio de dolencias que pueden tratarse con la marihuana medicinal.

Efectos y usos de las variedades medicinales de Cannabis indica

Las variedades Cannabis Indica suelen tener un efecto sedante, con una sensación de ‘colocón’. Esta sensación tiende a centrarse en el cuerpo, que se relaja al tiempo que se reduce la tensión muscular. Las variedades indica son las más efectivas para tratar los espasmos musculares y los temblores (por ejemplo, los causados por la esclerosis múltiple y la enfermedad de Parkinson), el dolor crónico, el anquilosamiento y la hinchazón de tipo artrítico y reumático, el insomnio, la ansiedad y los trastornos relacionados.

Efectos y usos de las variedades medicinales de Cannabis sativa

Las variedades Cannabis Sativa ofrecen un efecto cerebral, euforizante o de ‘subidón’, experimentado tanto por la mente como por el cuerpo. Estas variedades son las más efectivas para el tratamiento de las náuseas (por ejemplo, las causadas por la quimioterapia o la medicación para el VIH/SIDA), la estimulación de apetito, el tratamiento de la migraña, la depresión, el dolor crónico y síntomas similares.
Efectos y usos de las variedades híbridas indica/sativa

Los híbridos o cruces entre variedades indica y sativa hacen gala de características de ambos tipos de cannabis. Para algunos pacientes, representa una ventaja, especialmente cuando se medican con cannabis para aliviar el dolor crónico, un uso para el que tanto las cepas indica como sativa son adecuadas. Combinar genes de sativa con una variedad indica puede contribuir a la claridad mental y reducir los efectos sedantes, mientras que añadir indica a una sativa puede reducir la tendencia ocasional de las sativa puras a estimular la ansiedad.
La mayoría de variedades de semillas cultivadas por profesionales contienen genes tanto de indica como de sativa.

Elegir la mejor variedad de cannabis medicinal

Muchas personas deciden medicarse con una combinación de diferentes cepas. Los efectos euforizantes de las variedades sativa las convierten en una mejor opción durante el día, cuando es deseable mantenerse despierto, mientras que los efectos relajantes de las variantes indica a menudo las hace más adecuadas para su consumo por la tarde y la noche. Las variedades híbridas pueden ofrecer lo mejor de los dos mundos a muchos pacientes, pero pueden resultar menos adecuadas para otros.

El tipo de dolencia a tratar es una buena guía de cuál de las dos grandes variedades, indica o sativa, es la más apropiada. Normalmente, identificar qué tipo de síntomas son los que el paciente quiere aliviar es el mejor punto de partida para seleccionar el tipo de cannabis medicinal más adecuado para cada afección individual.

También es importante recordar que del mismo modo que las características psicológicas de cada persona son distintas, la experiencia subjetiva de usar cannabis medicinalmente también es diferente para cada una. La información aquí presentada está concebida como una guía básica y se recomienda que, si fuera posible, todo aquél que desee emplear cannabis como medicina consulte antes a un médico cualificado.

LA MARIHUANA AYUDA A REDUCIR TUMORES CON CÁNCER

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De acuerdo a una investigación realizada por investigadores de University of East Anglia en Inglaterra, la marihuana puede ser un compuesto capaz de detener el crecimiento de los tumores con cáncer.

La investigación fue publicada en el Journal of Biological Chemistry, y revela que el THC (tetrahidrocarbocannabinol), el principal compuesto del cannabis, genera el encogimiento de los tumores con cáncer.

Según el Dr. Peter McCormick, este compuesto es conocido por actuar en una específica familia de células receptoras, sin embargo, aún se desconoce cómo es que es responsable el THC de tener estos efectos en los tumores.

Los descubrimientos se realizaron al inyectar THC a dos ratones usando células con cáncer de pecho. Se explica el efecto de la sustancia, sin embargo, no se sabe cómo actúa en las células, por lo que sé está lejos de saber los efectos precisos.

Por otro lado, es necesario estudiar las dosis que se deben aplicar, para realizar una apropiada y efectiva reducción del tumor en cuestión. Además, la sustancia no funcionó de igual forma en otros tumores.

Esta no es la primera vez que los científicos descubren que la marihuana es una sustancia efectiva para combatir el cáncer. En investigaciones previas, encontraron que el THC puede reducir a la mitad un tumor de pulmón, y también detener que se extienda a otras partes.

Se ha revelado que el CBD (cannabidiol), otro compuesto del cannabis, es una sustancia prometedora en la lucha contra el cáncer, ya que en algunos estudios logró detener la metástasis en muchos tipos de cáncer agresivo.

La marihuana con usos medicinales aún sigue a debate en todo el mundo, sobre todo en Estados Unidos, donde la sociedad empuja su legalización para fines terapéuticos. Queda ver, cuanto camino pueden labrar las investigaciones a favor de su uso no perseguido por la ley.