Disparidad de penas por vender cannabis en la UE

La policía detecta una alza imparable de la producción y el tráfico de drogas por la mayor delincuencia organizada.

El cannabis es el protagonista de más de un 70% de todas las infracciones relacionadas con drogas registradas en la UE, aunque las penas por su venta varían de forma sustancial entre unos países y otros a lo largo del continente. Así lo señala el informe anual elaborado por el OEDT, Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías.

De acuerdo con sus estadísticas, anualmente se producen en torno a 1,25 millones de infracciones legales relacionadas con drogas, un número que evoluciona al alza desde el 2006. De éstas, un 63% se deben al consumo de cannabis -marihuana, hachís, etcétera- y un 9 % más a la comercialización de este mismo producto.

El cannabis también representa el 80% de todas las incautaciones de droga en Europa, la mayoría en España según el estudio del OEDT, que incluye datos -mayoritariamente del 2013- de los 28 países de la Unión Europea más Turquía y Noruega.

“La producción y el tráfico de cannabis son cada vez más importantes desde el punto de vista de la actuación de los cuerpos y fuerzas de seguridad, dada la creciente implicación de la delincuencia organizada”, advierte el documento.

Los expertos destacan, asimismo, que existen “amplias diferencias entre unos países y otros en cuanto a la sanción de las infracciones relacionadas con la oferta de cannabis”. De hecho, las penas por un primer delito de venta de un kilogramo de estos productos oscilan desde menos de un año hasta diez años de privación de libertad.

GASTOS SANITARIOS

El estudio hace referencia al debate internacional generado por las “iniciativas emprendidas en América sobre la venta regulada de cannabis y productos relacionados”, en alusión a la regulación sobre su cultivo y su consumo en Uruguay y los planes de varios países del continente para seguir sus pasos. Sin embargo, los especialistas subrayan que por el momento en Europa “las reflexiones sobre esta droga siguen centradas principalmente en los posibles gastos sanitarios asociados a ella”.

DROGAS SINTÉTICAS

El mercado del cannabis ha adquirido una nueva dimensión con la aparición reciente de cannabinoides sintéticos, de los cuales en los últimos años se han detectado en el continente cerca de 130 tipos, procedentes sobre todo de China.

El 23% de los europeos “adultos” -entre 15 y 64 años- han probado alguna vez en su vida cannabis, según el informe, porcentaje que cae al 5,7% cuando se limita a quienes lo consumieron en el último año. En cuanto a los “jóvenes” -entre 15 y 34 años-, la proporción de quienes lo han consumido al menos una vez durante los últimos 12 meses se situó en el 11,7%.Un-antropologo-de-94-anos-publica-su-particular-estudio-sobre-la-marihuana

Barack Obama cree que la marihuana no es más peligrosa que el alcohol o el tabaco

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El presidente estadounidense, Barack Obama, cree que la marihuana no es más peligrosa que el tabaco o el alcohol, aunque no consideró que la legalización sea una “panacea” que resuelva todos los problemas, según una entrevista con la revista New Yorker.

“Como ha quedado bien documentado, fumé marihuana de joven y yo lo veo como un mal hábito y un vicio no muy diferente a los cigarrillos que he fumado durante mi juventud y en gran parte de mi vida adulta. No creo que (fumar marihuana) sea más peligroso que el alcohol”, explica Obama en la entrevista. Obama aseguró que fumar cannabis no es algo a lo que anime.

Para el presidente estadounidense el principal problema con el consumo de cannabis en Estados Unidos son las desproporcionadas penas y la manera en que estas afectan con más dureza a minorías como la negra y la hispana y a personas de bajos recursos. “No deberíamos encerrar en la cárcel a jóvenes o individuos por largos períodos de tiempo por consumir (marihuana) cuando los que están escribiendo esas leyes han hecho probablemente lo mismo”, afirma Obama.

No obstante, Obama opinó que la legalización de la marihuana no es una “panacea”, ya que la problemática es mucho más compleja, algo que opinó se verá en casos como los de los estados de Colorado y Washington.

Para el presidente de Estados Unidos el gran problema es la idea de dónde poner el límite a la permisividad con las drogas, ya que otros narcóticos más duros siguen provocando “un profundo daño y coste social”. En este sentido alertó de los problemas sobre dónde “dibujar una línea” y sobre aquellos que puedan pensar en la posibilidad de negociar dosis aceptables de otras drogas más duras como la cocaína o las anfetaminas.

 

“La marihuana tiene un enorme e innegable potencial terapéutico”

Cristina Sánchez es bióloga de la Universidad Complutense e investigadora experta en cannabinoides.

El THC, la principal sustancia psicotrópica de la marihuana, ordena un suicidio programado a las células cancerosas.

En modelos de laboratorio cualquier tumor responde a los cannabinoides.

Cristina Sánchez lleva más de una década descifrando un secreto molecular que podría salvar millones de vidas. La hierba prohibida es ahora una gota química de esperanza, una promesa de lluvia para los campos de receptores que necesitan calmar su dolor. Otras imágenes 3 Fotos En su laboratorio descubrieron que el THC, la principal sustancia psicotrópica de la marihuana, ordena un suicidio programado a las células cancerosas. Un haraquiri limpio, solo confirmado hasta el momento en ratones. Esta bióloga de la Universidad Complutense aparece como un cultivo de tranquilidad en un pasillo de la Facultad de Biología, custodiado por laboratorios y máquinas en perpetuo ciclo mecánico. Una paz empática recorre al interlocutor. Su rostro tiene un perfil ligeramente élfico. La escuchas y puede que sea su voz o su discurso, o quizás los elfos, pero la relacionas con lo poco que sabes de ese compuesto cannábico llamado anandamida, hermana humana del THC. La palabra proviene del sánscrito y significa ‘felicidad suprema’ o ‘portadora de paz’. Un endocannabinoide –sustancias gemelas a las que contiene la maría y que fabrica el organismo– encargado de regular el placer, inhibir el dolor y que fue descubierto por el químico Raphael Mechoulan.

En su razonamiento, el sentido común es sanador y proporciona un privilegiado asiento en este encendido debate de la marihuana, un campo de un potencial terapéutico enorme en el que España, gracias a equipos como el suyo, se ha aupado en el podio de la investigación. Le gustaría marcar una frontera telúrica entre la Cristina ciudadana y la científica. No quiere que la mística de la planta la imbuya. Le gustaría que habláramos de estos compuestos como de una lechuga. Pero hay algo de ananda en ella; transmite una cascada de ideas a ignotos receptores del hipocampo. Hablar con Cristina es un cannabis platónico.

¿Cómo supisteis que la marihuana tiene este gran potencial en la lucha contra el cáncer?

Fue un poco por azar. Nosotros estábamos trabajando en el estudio del efecto de los cannabinoides de la marihuana sobre el metabolismo energético de las células. Decidimos facilitarnos el trabajo y utilizar un modelo celular fácil y económico, como células tumorales, porque crecen sin control. Y al empezar a hacer los ensayos estas células se morían. Después de unos días de crisis intentando averiguar qué estábamos haciendo mal, nos dimos cuenta de que nos enfrentábamos a unos compuestos que mataban las células tumorales.

Descubristeis que el THC ordenaba un suicidio limpio…

Sí, se denomina apoptosis, muerte celular programada o muerte limpia. Es el equivalente a un suicidio: las células ‘deciden’ eliminarse por el bien del organismo…

¿Y todo gracias al THC? En organismos sanos hay apoptosis. Por ejemplo, cuando una célula tiene un error en su ADN es un peligro potencial: si se duplica va a generar una progenie con defectos y eso es muy peligroso. Lo que hace el THC es ‘encender’ el programa de suicidio

Por ahora solo tenéis evidencias preclínicas… Efectivamente. Estamos muy ilusionados, creemos que podrían funcionar en humanos porque han funcionado muy bien en modelos basados en cultivos celulares y modelos animales. Merece la pena que estos compuestos se desarrollen. ¿De qué tipos de cáncer estamos hablando? Las mayores evidencias que se han recogido son de modelos de glioblastoma, que es un tumor cerebral muy agresivo, y posiblemente en cáncer de mama. Sin embargo, en modelos de laboratorio cualquier tumor responde a los cannabinoides. Parece que las células tumorales tienen todas algo en común que las hace sensibles a este tipo de compuestos. Este descubrimiento puede cambiar el paradigma. La quimio es muy agresiva. Claro, la diferencia entre la quimioterapia y una terapia como esta es que la primera va destinada a cualquier célula que está en proliferación. En cambio con los cannabinoides la diana solo son las tumorales.

Lleváis más de un década estudiándolo y todavía no ha habido ensayo en humanos. ¿Tiene que ver con que se trate de una sustancia prohibida?

Eso complica las cosas. De hecho el principal hándicap cuando trasladamos nuestros resultados a la comunidad médica es el miedo, hasta cierto punto comprensible, que va asociado a los efectos psicotrópicos de la marihuana. Lo que proponemos es que podamos utilizar estas sustancias en combinación con los tratamientos estándar, y posiblemente mejorar así la terapia. Si además de eso estuviéramos potenciando algún efecto psicotrópico, yo no sé hasta qué punto eso sería malo. Si hablamos de pacientes que tienen alteraciones psiquiátricas yo no lo recomendaría. Pero para la inmensa mayoría no conllevaría efectos secundarios que yo pueda considerar negativos.

La marihuana es una droga muy consumida en la esfera lúdica.

Es una droga muy consumida y  muy segura. No estamos hablando de cocaína, de heroína, de tabaco ni de alcohol si me apuras, que son muchísimo peores que la marihuana. Hay que poner las cosas en contexto, a lo mejor una cierta euforia o un tipo de efecto no tiene por qué ser malo en un paciente que tiene un tumor terminal. Por otro lado, hablamos de cannabinoides y la gente piensa en THC, pero la marihuana fabrica otro montón de compuestos. Uno de ellos es el cannabidiol (CBD) que no produce ningún efecto psicotrópico y se ha demostrado que también tiene efecto antitumoral

Se ha descubierto que nuestro cuerpo genera unos compuestos análogos a los de la marihuana y que son muy valiosos.

Los organismos humanos y muchos animales tienen la capacidad de fabricar unos compuestos muy parecidos, que funcionan de la misma manera y solo se encuentran en la marihuana. Los endocannabinoides son los cannabinoides que fabrica el organismo.

¿Eso quiere decir que nuestro cuerpo fabrica sustancias ilícitas?

Para el organismo evidentemente no son sustancias prohibidas, sino útiles. Hoy sabemos que los endocannabinoides participan en el control de un montón de funciones cruciales.

¿Es un sistema de defensa?

Yo recogería una idea de la que habla mucho Raphael Mechoulam, que fue el primero en describir el THC. Lo que él propone es que el sistema endocannabinoide es algo parecido al sistema inmunológico en los organismos, pero en este caso protege de otro tipo de ‘insultos’, si me permites la palabra. Lo que sabemos es que el sistema endocannabinoide participa en la regulación fina de un montón de procesos biológicos. Sin ellos estaríamos desnudos… Estaríamos peor protegidos frente a estímulos tóxicos, por ejemplo, en el sistema nervioso central; y no seríamos capaces de regular finamente el movimiento. Participa en la reparación de huesos, en el dolor, etc. Es un sistema que trabaja muy discretamente en casi todas las funciones biológicas que te puedas imaginar… Las funciones que se alteran cuando se consumen cannabinoides de la planta son, por ejemplo, el apetito o la memoria

¿No resulta irónico que una sustancia gemela a la que fabrica la marihuana se encargue de proteger la memoria y el aprendizaje?

Tiene todo el sentido. El sistema endocannabinoide participa en la coordinación motora; si yo me fumo un porro estoy metiéndole al sistema mucho más cannabinoide del que necesita. Si consumo cannabinoides exogenamente estoy alterando el equilibrio. De hecho, las funciones que se ven alteradas cuando yo consumo cannabinoides de la planta son aquellas en las que está implicado el sistema endógeno como, por ejemplo, el apetito o la memoria.

¿Quiere decir que en el futuro podremos diseñar fármacos o incluso plantas que en vez de hacernos perder memoria nos ayuden a reforzarla?

Sería complicado. No veo muy bien cómo. Pero una cosa que te hace ver bien cómo tú puedes alterarlo desde fuera es un medicamento que estuvo en el mercado durante unos años para combatir la obesidad. Una empresa francesa creó una molécula que lo que hacía era inhibir los receptores de cannabinoides para eliminar la sensación de apetito. Los pacientes, efectivamente, perdían peso. Pero el sistema endocannabinoide está también implicado en regular el estado de ánimo

¿Qué les pasaba a los pacientes que lo consumían?

Tenían depresiones que los llevaban al suicidio.

¿Sería descabellado plantear que los consumidores regulares de marihuana podrían estar más protegidos?

No hay estudios. Como hipótesis no está mal. Pero no tenemos una respuesta a esa pregunta porque nadie ha hecho un estudio riguroso.

¿Quieres decir que la hipótesis no es tan descabellada?

La hipótesis no es descabellada, pero es como cuando me preguntan si esto quiere decir que el cannabis cura el cáncer. Pues no lo sé. Desde luego mis datos no te permiten afirmar eso. No tengo la respuesta a esa pregunta porque yo no he probado el cannabis en pacientes. Nadie lo ha probado de una manera controlada.

¿Y nadie ha estudiado si la incidencia del cáncer es menor en consumidores de maría?

Lo que pasa es que es muy difícil hacer un seguimiento de una población que se pueda definir como consumidores de marihuana, porque seguramente estarán además fumando tabaco, consumiendo alcohol… es complicado aislarlos. Hasta donde yo sé, no hay ningún estudio epidemiológico serio en el que se haya podido ver esto. Los cannabinoides podrían ser antitumorales también en humanos

En caso de que sí protegieran, ¿qué sentido tendría?

Nosotros hemos visto que los cannabinoides son antitumorales en los modelos que hemos utilizado, y podrían serlo en humanos también. Entonces, si uno tiene su sistema endocannabinoide funcionando normalmente, más un extra del exterior, posiblemente las células tumorales no puedan proliferar. Pero esto es solo una hipótesis. Alguien puede construir otra teoría basada en que el exceso de una determinada cosa puede producir el efecto contrario. Conocemos las propiedades terapéuticas de la marihuana desde hace milenios, pero, en cambio, fue prohibida. Sí, la planta se conoce desde hace milenios y se ha utilizado con fines medicinales durante todo este tiempo. El problema surgió en los años cincuenta, cuando, no sé muy bien por qué motivos (desde luego, no médicos), la planta empezó a formar parte de listas en las que estaban incluidas sustancias que no tenían ningún beneficio terapéutico y un gran potencial adictivo, lo cual no es cierto en el caso de la marihuana. Desde el momento en que la planta pasa a esas listas, se deja de investigar con ella, se deja de utilizar en las farmacias y desaparece del ámbito médico. Da la sensación de que hemos sido injustos con esta planta. Ha habido mucha más política de la que hubiera tenido que haber. En ese sentido, sí, la planta ha estado muy injustamente tratada.

¿Es la prohibición una cuestión moral?

Creo que tiene tintes. No es todo moral, pero sí que hay una parte que es intoxicación por ese tipo de pensamientos. El consumo medicinal, por supuesto, está contaminado por toda la parte de consumo lúdico y el consumo lúdico tiene mucha contaminación moral. Hay quienes pensamos que una planta, o el consumo de una sustancia que te hace sentir mejor, no tiene por qué estar criminalizado. Si se compara con el tabaco o el alcohol, nadie puede defender que estos estén legalizados y la marihuana no” Existen sustancias legales muy perjudiciales. Si la comparas objetivamente con el tabaco o el alcohol, no hay nadie que pueda defender que estos últimos estén legalizados y la marihuana no. Pero está la cuestión psiquiátrica, los casos en los que ha despertado crisis psicóticas. El efecto del alcohol sobre la población en general, no te estoy hablando de personas especialmente sensibles, es infinitamente peor que el efecto de los cannabinoides. Pero es verdad que existe una población que es muy sensible y que debería abstenerse de consumirlos. Se puede utilizar también la educación. Evidentemente. Y desde el luego el mensaje de que esto te va producir un brote psicótico y mañana vas a estar consumiendo heroína consigue el efecto contrario. Yo a mi hijo jamás le voy a decir que un porro le va a provocar un brote psicótico. Le contaré que si tiene predisposición a sufrir alteraciones psiquiátricas es posible que le pase eso, y le contaré que si tiene 15 años no debería consumir cannabis porque su sistema nervioso está en desarrollo.

¿Entonces se empieza por el porro y se acaba curando el cáncer? [Ríe]

Lo que pasa es que se está conociendo más la realidad de la planta, la investigación científica ha avanzado muchísimo y ahora tenemos muy claro que tiene un potencial terapéutico enorme. El uso lúdico tendrá que estar regulado o no, pero su potencial terapéutico es innegable. A medida que esto ha ido saliendo a la luz, la gente (y aquí también incluyo a las autoridades) se está empezando a cuestionar si de verdad hablamos de una planta completamente inútil. También circula mucha confusión interesada en la Red. A mí no me parece bien que esté prohibida. Pero en ningún momento he dicho ni diré, hasta que esté probado en humanos, que el cannabis cura el cáncer. De hecho, a nosotros nos da mucha rabia que se nos utilice como argumento para apoyar cosas que nosotros podemos defender en privado… pero lo que yo hago cuando paso la puerta de mi laboratorio no tiene nada que ver con eso. A veces los investigadores que trabajan con estas sustancias acaban alcanzados por la mística de las mismas. Estamos en una facultad y, cuando nuestros alumnos se enteran de a qué nos dedicamos, todos se imaginan que tenemos plantas en el laboratorio. Y cuando vienen a hacernos entrevistas, la gente quiere hacer fotos de las plantas que no tenemos y asumen que cuando salimos de aquí fumamos porros indiscriminadamente. Lo que nosotros vendemos a la comunidad científica es un trabajo muy serio, muy riguroso, que ha pasado por controles superestrictos. No tendríamos que remarcarlo si habláramos del tomillo. Si yo trabajara con lechugas, tú ahora mismo no estarías entrevistándome. Es un arma de doble filo. Los pacientes españoles aún tienen que recurrir al mercado negro para el uso paliativo en enfermedades como cáncer o fibromialgia… Sí, esta situación es la misma en todas partes. De hecho, en España no estamos tan mal. Canadá es un ejemplo de cómo se deberían regular estas cosas. Uruguay ha dado un paso enorme en el último año hacia un uso medicinal controlado de la planta… Canadá es un ejemplo de cómo se deberían regular estas cosas” … y también han legalizado el uso lúdico. A ellos no les gusta el término legalización, prefieren que se hable de regularización. El que quiera consumir marihuana puede hacerlo a través de empresas que te van a dar una marihuana que está controlada en calidad y en composición. Eso evita un mercado negro, que está haciendo muchísimo daño.

¿Por qué esta voluntad de controlar los psicotrópicos?

En general, hay muchas ganas de controlar. Y punto. Esto lo digo como ciudadana. Algo que puede hacer que la gente no tenga miedo, que esté a gusto, que sea feliz… pues es una cosa que puede resultar incómoda. Creen que somos mejor como población si tenemos miedo, si estamos controlados y no rechistamos. ¿Has fumado alguna vez algún porro? Sí. Pero eso no tiene nada que ver con mi actividad profesional.

BIOLOGA

Cannabis y el trastorno de estrés postraumático

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una afección psiquiátrica grave que puede impedir a las personas que lo sufren disfrutar de un estilo de vida normal. Como su propio nombre indica, esta afección es directamente resultante de la experimentación de un trauma reciente, y entre sus síntomas se incluyen reexperimentaciones del suceso traumático, el intento de evitar situaciones asociadas que provoquen dichas reexperimentaciones, ansiedad, depresión, ira e hipervigilancia.

Presencia global del TEPT

Cannabis and Post-Traumatic Stress Disorder - 1 - PTSD is often associated with the trauma of combat, but may be a result of any traumatic event

Hasta el 8,2% de los estadounidenses y el 9,2 de los canadienses sufren TEPT, y se calcula que su presencia a nivel mundial varía ampliamente, del 1,3% al 37,4%[1]. Muchas de las personas afectadas de TEPT indican que sus síntomas se alivian significativamente al consumir cannabis, y recientemente se han hecho públicas varias noticias sorprendentes sobre veteranos estadounidenses y otras personas afectadas a las que se les han impuesto duras penas de prisión como resultado de este consumo. Es obvio que es necesario seguir trabajando para garantizar que estos individuos puedan recibir la medicación que necesitan.

No todas las personas que experimentan un suceso traumático acaban presentando un TEPT. Un estudio señaló que el 17%[2] de los veteranos de la guerra de Irak sufre al volver TEPT, trastornos de ansiedad generalizados o depresión, otro que alrededor del 25%[3] de los niños expuestos a acontecimientos traumáticos acaba padeciendo TEPT. Otro estudio concluyó que los gemelos monocigóticos (idénticos)[4] tienen un riesgo mayor de padecer TEPT después de un trauma por conflicto bélico si su gemelo también sufre esta enfermedad, lo cual apunta a una predisposición genética.

El trastorno de estrés postraumático y la dependencia de sustancias

Las personas que sufren estrés postraumático, igual que las que sufren muchas otras afecciones psiquiátricas, tienen más probabilidades[5] de volverse dependientes de sustancias como el alcohol, el cannabis y la cocaína. Por ese motivo, todavía está por ver si el cannabis puede ser realmente considerado un tratamiento del TEPT, ya que los individuos afectados podrían buscar consuelo en ese tipo sustancias independientemente de si son o no una medicación verdaderamente eficaz.

Aunque se ha investigado bastante sobre el consumo de sustancias entre las personas que sufren TEPT, los estudios relacionados con la eficacia del cannabis como tratamiento son relativamente escasos. Hasta hace poco, la opinión general de la comunidad médica era que el TEPT era uno de los factores que contribuía a las afecciones por consumo de cannabis[6] , y los estudios sobre los mecanismos cerebrales que hacen que se presenten dichas afecciones no eran muy numerosos.

El papel del sistema endocannabinoide en el trastorno de estrés postraumático

En años recientes se ha empezado a conocer mejor la complejidad del sistema endocannabinoide, y los investigadores han centrado su atención en el papel que éste podría tener en la regulación de los síntomas del trastorno de estrés postraumático y otras afecciones similares. Un artículo[7] publicado en 2012 indicó que los individuos tolerantes al estrés expuestos a un estrés agudo en forma de experimento de vuelo parabólico experimentaban un incremento significativo en su concentración de endocannabinoides (EC) en el plasma, mientras que los individuos no tolerantes al estrés no experimentaban aumento alguno.

Sin embargo, esos individuos estaban sanos y no padecían ningún trastorno de estrés crónico. Las personas con TEPT (y otros tipos de estrés crónico), por otro lado, mostraban una concentración elevada constante de EC en comparación con las personas no afectadas por este trastorno, incluso en situaciones habituales no estresantes.  Esto confirma que el sistema endocannabinoide influye en la respuesta ante el estrés, pero el mecanismo exacto todavía no está claro.

El fenotipo genético de los receptores CB podría aumentar la predisposición al TEPT

Cannabis and Post-Traumatic Stress Disorder - 2 - Areas of the brain affected by PTSD

También se apuntó que los pacientes que habían sido sometidos a una intervención cardiaca experimentaban síntomas más intensos de TEPT después de la operación si presentaban un poliformismo de nucleótido simple (una variación que afecta solo a una de las bases nucleótidas, A, C, T o G) del gen receptor CB2.

Un artículo[8] publicado este año describió el papel del receptor CB1 en la vivencia y el recuerdo de sucesos estresantes: la señalización normal de endocannabinoides a través del receptor ayuda a la desaparición del miedo, y los problemas en dicha señalización están asociados con la imposibilidad de erradicar recuerdos traumáticos, así como con la ansiedad y la depresión crónicas (en sujetos animales).

El artículo también indicó que los medicamentos existentes para el TEPT empezaron a utilizarse “de forma oportunista” cuando se descubrieron sus beneficios pero que habían sido diseñados originariamente para otras enfermedades. A menudo dichos medicamentos tienen una eficacia limitada y podrían provocar efectos secundarios graves.

El THC y la nabilona como posibles opciones de tratamiento

Cannabis and Post-Traumatic Stress Disorder - 3 - The synthetic THC analogue nabilone has been demonstrated to be effective against PTSD-related nightmares

El autor concluyó que, mientras que el tetrahidrocannabinol (THC) podría provocar un cese temporal de los síntomas, su uso a largo plazo conllevaría problemas en la señalización del receptor CB1, lo cual supondría un aumento de la gravedad del trastorno de ansiedad, de la irritabilidad y de las alteraciones de sueño en las personas que sufren TEPT.

Un estudio[9] de 2009 investigó la eficacia de la nabilona, una forma sintética de THC, como un tratamiento complementario para el TEPT. Una terapia complementaria es la que se prescribe además de la medicación principal, en este caso antidepresivos e hipnóticos. Este estudio indicó que el 72% de los pacientes experimentaban una desaparición o reducción de las pesadillas, un aumento de las horas de sueño y una mejora de la calidad de éste, y una disminución de las reexperimentaciones del suceso traumático durante el día.

Aunque los resultados de este estudio son prometedores, el pequeño tamaño de muestra, únicamente 47 individuos, supone que debe seguirse investigando para determinar la eficacia de la nabilona. Como el interés por el uso de los cannabinoides como tratamiento para el trastorno de estrés postraumático está aumentando tan rápidamente, es probable que conozcamos los resultados de nuevas investigaciones en un futuro próximo.

Además, a pesar de las constantes controversias, el Medical Cannabis Advisory Board[10] o Consejo Consultivo sobre el Cannabis Medicinal recomendó recientemente mantener el TEPT en la lista de afecciones para las que podrían extenderse recetas en un futuro.

Famosos a favor de la marihuana

No son pocas las celebridades que han reconocido fumar o haber fumado marihuana alguna vez en su vida e incluso se pronuncian a favor de la legalización de dicha sustancia. El último en hacerlo ha sido el actor Morgan Freeman, que ha pedido la legalización del cannabis “en todos los ámbitos” alegando que le ayuda a controlar el dolor y que tiene otro muchos “usos útiles”. Freeman, de 77 años, no ha dudado en admitir en una entrevista a The Daily Beast que es un habitual consumidor de esta sustancia prohibida, de la que ensalza sus propiedades medicinales. “Tengo un problema en un brazo, padezco fibromialgia, me duele y la única solución que he encontrado para ese dolor ha sido la marihuana”, ha indicado. Morgan Freeman ha relatado que su relación con la marihuana comenzó “hace muchos años” y cuando se le pregunta cómo la consume, él responde: “¡De cualquier forma! La como, la bebo, la fumo y la esnifo”. “Nunca voy a dejar de fumarla. Es la hierba de Dios”, dijo en una entrevista anterior. El rostro popular más ligado a la marihuna es, con mucha diferencia, el de Bob Marley, quien aseguraba que “las hierbas son buenas para todo” y que fumarlas “te revela tu propio yo a ti mismo”. Otros músicos que se han posicionado claramente a favor de la marihuana son Juanes y Sting, que abogan por su legalización, o Paul McCartney, que dejó de fumarla a los 70 años por respeto a su hija. “Apoyo la despenalización, porque la gente fuma marihuana de todas maneras, y hacerlos pasar por criminales es delirante”, asegura el exBeatle. Fumar cannabis es tan normal como tomar una taza de té Noel Gallagher, de Oasis, considera que “fumar cannabis es tan normal como tomar una taza de té”, Lady Gaga confiesa que fuma “muchísima marihuana” cuando escribe sus canciones y Justin Timberlake no niega ser fumador habitual de hierba. Otro mito de la música que no tuvo reparos a la hora de hablar de la marihuana fue el trompetista Louis Armstrong. “La marihuana es cien veces mejor que el whisky. Es agradable, es una ebriedad que cuesta poco alcanzar, es buena para el asma y relaja los nervios”, dijo en una ocasión. En España, algunos de los defensores del cannabis más conociso son Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina. Tanto Serrat, que asegura que hace ya muchos años que no fuma, como su amigo consideran que la legalización acabaría con las mafias. “Cuando se acabó con la ley seca en Chicago, no se acabaron los borrachos, ¡se acabaron los gángsteres!”, dijo Sabina en una ocasión. Melendi también ha sido muy explícito en este tema. “Nunca romperé una lanza a favor de drogas como la cocaína o el caballo. Son muy dañinas. Pero sí a favor del cannabis. Un porro no tiene nada que con la coca”, aseguró en una entrevista. En la industria del cine, la marihuana también parece tener muchos defensores, como la actriz Jennifer Aniston, que expresó a un medio británico, de forma muy clara, lo que opina sobre esta sustancia: “disfruto fumando cannabis y no veo nada malo en eso”. Aún más contundente es Kirsten Dunst, que asegura que “si todos fumaran, el mundo sería un lugar mejor”. Otra belleza a favor del consumo de “maría” es Megan Fox. “He probado todo tipo de drogas… así fue como me di cuenta de cuáles me gustaban y cuáles no. Sin embargo, creo que la marihuana no puede ser considerada una droga y debería ser legalizada”, reveló. El actor James Franco asegura que ya no fuma, pero dice que sí lo hizo durante bastante tiempo. “No considero que fumar marihuana sea peor que tomar una cerveza”, confesó el interprete justo antes de revelar que la primera vez que fumó fue después de ver Dos tontos muy tontos. Natalie Portman confiesa que fumaba cuando iba a la universidad y Brad Pitt lo hacía al comienzo de su carrera. Matthew McConaughey llegó incluso a tener problemas con las autoridades por culpa de la marihuana. Estamos gastando muchísimo dinero en arrestar a gente por algo que no hace ningún dañoElijah Wood dice que no fuma mucha marihuana porque tiene poca tolerancia, pero le parece absurdo que no sea legal. “Estamos gastando muchísimo dinero en arrestar a gente por algo que no hace ningún daño”, ha comentado en más de una ocasión. Woody Allen, fiel a su estilo, dio su opinión sobre el cannabis con una frase para la posteridad: “La marihuana causa amnesia… y otras cosas que no recuerdo”. En el mundo de las letras, es conocida la postura de Stephen King, quien aseveró que “la marihuana no solo debería ser legal sino que debería ser una industria casera”. Grandes figuras de las letras como Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez también han defendido la legalización de la marihuana como principal medida para combatir el narcotráfico. Esa misma postura la han adoptado a lo largo de la historia personalidades tan dispares como Albert Einstein, Bill Gates, José Mújica, Richard Branson, Michael Bloomberg, el Nobel de Economía Milton Friedman y Arnold Schwarzenegger, quien durante su época como gobernador de California convocó un referéndum para la legalización de la marihuana. No se consiguió por pocos votos. Fue el divulgador científico Carl Sagan el que dejó uno de los más memorables alegatos a favor de la marihuana. “Que el cannabis sea ilegal es realmente increíble, el completo impedimento de utilizar en su totalidad algo que te ayuda a producir una profunda serenidad, sensibilidad y fraternidad tan desesperadamente necesitada en este loco y peligroso mundo”, afirmó con rotundidad.