Desde la legalización del cannabis para uso lúdico y medicinal en algunos estados de EEUU como Colorado y Washington los extractos y concentrados de cannabis han tomado una gran importancia en el sector por su potencia y probada efectividad para uso medicinal. Las técnicas de extracción y separación de los tricomas y la resina del resto de materia vegetal son tan variadas como antiguas, desde la técnica manual del hachís, con miles de años de antigüedad, hasta los últimos sistemas de extracción en bucle, para uso profesional valorados en miles de euros. Podemos clasificar estas técnicas de extracción en tres grandes grupos, las de separación en seco o directa, las que utilizan un disolvente natural y las que emplean un disolvente químico (butano, alcohol, etc.) consiguiendo una resina de pureza mayor en cannabinoides que la de la planta de cannabis original. Esta pureza varía dependiendo del método de extracción utilizado y de la correcta realización de éste.

· Extracción en seco:

Se trata del método de extracción más conocido y la manera más fácil de separar las glándulas de la hoja y la flor con una inversión inicial mínima. El resultado es el subproducto del cannabis que denominamos hachís, una de las formas más comunes de consumo de cannabis en África y Euroasia. La separación de los tricomas se realiza utilizando mayoritariamente las flores más pequeñas, los restos del manicurado y las hojas cercanas a las flores mediante un proceso físico conocido como tamizado.  Consiste en hacer pasar las glándulas de resina a través de los poros del tamiz, colador o como se conoce en el mundillo: hash maker o polen maker quedando dentro de éste los restos vegetales que por su tamaño no pasaran a través de los poros. De esta manera se puede hacer una clasificación del polen por calidades de resina tamizando con diferentes medidas de poro expresadas en micras. Para sacar el máximo rendimiento a éste método de extracción es recomendable desmenuzar el cannabis seco y meterlo al congelador unas horas antes del tamizado para que los tricomas cargados de resina se desprendan más fácilmente del resto vegetal. El resultado es un polvo dorado denominado polen o kief cuando es de primera calidad que va tomando un tono verdoso conforme baja en calidad presentando más cantidad de restos vegetales.

Otro tipo de tamizado es el que se extrae de las flores principales acumulado en algunos modelos de grinders de tres, cuatro o cinco pisos que separan por gravedad una cantidad de polvo con cada uso, de mayor calidad, ya que las flores principales de la planta son las que mayor proporción de tricomas y por tanto de resina tienen por superficie. Con el polen extraído de estos tamizados lo más recomendable es aglutinarlo, compactarlo para una mejor conservación, mediante prensas eliminando los restos de humedad y protegiéndolo de la oxidación, ya que con el tiempo se acaban degradando las sustancias químicas presentes en la resina.

Otro método curioso de extracción de hachís es el elaborado a mano en India, Pakistán y el Himalaya donde se utiliza como moneda de cambio incluso en la actualidad, es el llamado Charas. No puede denominarse como extracción en seco ya que se realiza cuando la planta aún no ha sido cosechada, mientras está verde pero completamente cargada de resina los agricultores de dedican a frotar y desmenuzar con las manos los cogollos mientras se les quedan adheridas en la piel las glándulas de resina que son muy pegajosas. Es un trabajo tedioso que lleva de muchas horas para la obtención de unos pocos gramos de hachís, eso sí, de excelente calidad, utilizado con fines medicinales, terapéuticos y religiosos muy arraigado en la cultura y los rituales del Hinduismo.

· Extracción con disolventes naturales: agua o hielo

Este método de separación de los tricomas se basa en el principio de que la glándulas de resina son más densas que el agua, por lo tanto cuando se separan de la planta tienden a caer hacia el fondo mientras los restos vegetales se quedan flotando en la superficie. Se suele utilizar agua de temperatura cercana al punto de congelación o hielo ya que, como hemos dicho anteriormente los tricomas se desprenden con mayor facilidad de las hojas y flores. Consiste en remover en un contenedor la mezcla de cannabis y hielo o agua repetidas veces hasta que se han desprendido el máximo de tricomas, para después hacer pasar la mezcla a través de tamices o mallas de diferentes micrajes (tamaño de los poros, dependiendo de la calidad deseada elegiremos un micraje específico, igual que en el procedimiento en seco). Una vez hemos filtrado la solución de hielo, agua y resina, desechamos los restos vegetales (que pueden emplearse en cocina cannabica) y lo dejamos evaporar en la oscuridad hasta que esté completamente seco y podamos manipularlo. Con este método se consigue un hachís con mayor calidad, sin el uso de disolventes químicos y mediante un procedimiento limpio y sencillo.

· Extracciones con disolventes químicos

Estos concentrados contienen un mayor porcentaje de cannabinoides que las extracciones de hachís.  A diferencia del agua, el THC y otros cannabinoides sí se disuelven en estos compuestos químicos, para ello se debe verter el material vegetal sumergido en el disolvente durante un periodo de tiempo determinado, sin sobrepasarse, ya que un tiempo excesivo arrastrara compuestos como la clorofila que degradarían el sabor, olor y la potencia del concentrado.  Los dos disolventes más usados en el proceso de extracción son el butano y el CO2 pero también pueden emplearse alcoholes como el etanol, isopropílico, éter o cloroformo entre otros. Cuando ha pasado el tiempo adecuado para la disolución de la resina, la mezcla de disolvente y resina denominada aceite es tratada para la eliminación de cualquier resto de disolvente puesto que el consumo de aceites con restos de butano o alcoholes supone un riesgo grave para la salud. Es difícil conseguir eliminar al 100% el disolvente del aceite por esta razón la extracción con CO2 se está convirtiendo en la más demandada ya que su consumo es inofensivo.

La extracción de hachís con gas butano o BHO es la más popular ya que puede realizarse de forma casera teniendo en cuenta una serie de premisas de seguridad y salubridad como por ejemplo que el butano es un gas altamente inflamable y tóxico, no fumes durante el proceso, realiza este tipo de extracciones en lugares ventilados o al aire libre y lejos de llamas, chispas o fogones de gas. Para este tipo de extracciones debe utilizarse un butano de máxima calidad 0% impurezas.

Se hace pasar el butano a través de un tubo de acero o boro silicato (lleno de cannabis) con una entrada superior para introducir el disolvente y otra inferior, con un tamiz que no deja pasar los restos vegetales. El butano al contacto con el aire se vuelve líquido y arrastra consigo los cannabinoides que caerán por la parte inferior del tubo, dando como resultado un aceite viscoso, translúcido y con una potencia y sabor de primera calidad. Este aceite debe tratarse posteriormente para eliminar cualquier residuo de butano, para ello se puede calentar a baja temperatura para evaporar el gas con la consiguiente pérdida de propiedades del aceite. La opción más recomendable es tratar el aceite con una bomba de vacío que permite realizar un purgado mucho más efectivo del gas sin poner en peligro la calidad del aceite.

El resultado de estas extracciones produce un amplio abanico de concentrados dependiendo del postprocesado que se de al aceite resultante, pero los más populares son los siguientes:

Shatter es una versión refinada del BHO, es suave, translucida y frágil, una forma cristalizada realizada mediante vacío. Es la forma más pura y potente porque se trata con un segundo proceso de extracción que elimina las grasas, lípidos y ceras. Esto puede dar como resultado una concentración del 80% de THC o incluso más. Sin embargo, tiene un inconveniente, ya que durante el proceso de cristalización se degradan los terpenos responsables del olor y sabor entre otras cosas.

Budder es un concentrado que contiene ceras de la materia vegetal por lo tanto su textura no es quebradiza como el shatter sino que es más esponjosa y surge como resultado de la agitación del aceite del BHO antes del proceso de purificación con bomba de vacío. Conserva mejor los terpenos y por lo tanto su sabor y olor son especiales además de conseguir una mayor producción.

Oil o aceite es el concentrado más común, tiende a ser el menos refinado de los tres. Es un líquido viscoso y pegajoso. Este concentrado tiende a conservar bien el sabor original aunque la concentración de THC suele ser la más baja.

Estos concentrados pueden consumirse de todas las formas en las que se consume el cannabis fumado (cigarrillos electrónicos de hierbas, bongs, pipas, cachimbas, vaporizadores, one hitter, etc.), incluso se hacen mezclas entre concentrados creando nuevos subproductos interesantes como por ejemplo añadir oil, shatter o budder en pequeñas cantidades a un cigarrillo liado de marihuana o mezclar aceite con polen o kief creando una mezcla pegajosa pero consistente de gran potencia y sabor, el límite lo pone nuestra imaginación.