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Con los balastros electrónicos las bombillas emiten una luz que, al igual que la luz solar, llega de forma continua a la planta, propiedad que no poseen los balastros electromagnéticos, ya que estos emiten una luz ligeramente parpadeante. Así las plantas van a recibir aproximadamente un 30% más de luz, con la misma potencia, en caso que usemos un balastro electrónico. Además con la misma potencia el balastro electrónico tiene un consumo notablemente menor. Si además nuestro balastro electrónico es regulable el ahorro en la factura de la luz va a ser considerable si adaptamos nuestra potencia a cada fase de la vida de la planta.
El balastro electrónico regulable Hortilight es de los más económicos del mercado y su calidad no deja lugar a dudas. Podremos regular la potencia del balastro a 250, 315, 400, 600 y 660 Watios, bien sea cambiando las bombillas en cada fase como indicamos más abajo o adaptando la potencia del balastro a la bombilla de que dispongamos en ese momento.
Modo de uso:
En la fase de crecimiento podemos poner una potencia de 250 watios con lo que, además del considerable ahorro energético que supone, podremos acercar más el foco a la planta, consiguiendo un crecimiento más equilibrado sin que pasen en ningún momento a una floración no deseada.
Al pasar a fase de floración se recomienda aplicar una potencia de 400 watios para evitarle el estrés de un cambio abrupto en la intensidad de luz.
Cuando aparezcan las primeras flores cambiamos la potencia para una bombilla de 600 watios para conseguir una potente floración.
Finalmente, en la fase de engorde le aplicaremos la potencia máxima de 660 watios con la misma bombilla de 600 W y ofreceremos el máximo potencial de luz cuando más lo necesita.
Debemos acordarnos de cambiar la bombilla cada vez que cambiemos la potencia del balastro, si no vamos a fundir la bombilla.